Contratar un cuidador para una persona con párkinson es una decisión importante que puede influir en mejorar la calidad de vida de la persona y sus familiares.
La decisión de contratar a una persona para los cuidados de alguien que tiene párkinson es muy personal, pero en algunos casos se vuelve imprescindible. Como en todo proceso, el comienzo está lleno de incertidumbre, tanto para los familiares, como para la persona con párkinson. Es esencial que la persona que contratemos como cuidador o cuidadora entienda cómo colaborar contigo y tu entorno, comprendiendo las necesidades específicas de la persona que cuidará. Aquí hay algunos pasos y recomendaciones para que esta colaboración sea lo más efectiva posible:
- Haz una entrevista cuidadosa: Realiza una entrevista detallada para conocer su experiencia, valores y habilidades. Hablar en profundidad te permitirá entender mejor su estilo de trabajo y saber si encajará en el entorno familiar y con la persona a cuidar.
- Concreta los objetivos del cuidado: Define los objetivos específicos para el cuidado del paciente. ¿Se necesita ayuda en la movilidad, en la toma de medicamentos, en el acompañamiento emocional? Es importante que el cuidador sepa exactamente qué esperar y qué debe priorizar.
- Sé específico con lo que necesitas: No escatimes en detalles al definir las tareas. Cada persona con párkinson tiene diferentes niveles de autonomía y necesidades. Asegúrate de explicar qué apoyo es necesario en cada área de la vida diaria y cómo quieres que estas tareas se lleven a cabo.
- Recuerda que el cuidador complementa, no sustituye: Es clave entender que el cuidador no reemplaza el papel de los familiares o del propio paciente en el autocuidado, sino que refuerza y complementa los cuidados ya existentes. Esta mentalidad permitirá una relación de apoyo y colaboración.
- Fomenta la comunicación: Establece una vía abierta y continua de comunicación. Explica la importancia de reportar cualquier cambio en la condición del paciente o cualquier dificultad que surja durante el cuidado. Esto ayuda a ajustar las estrategias y mejorar la relación.
Al mantener claros los roles y las expectativas, y al fomentar una relación de apoyo mutuo, el cuidador y tú podréis construir una dinámica de trabajo eficaz y satisfactoria para todos.