Parkinson y dependencia: Pedir ayuda sin perder tu lugar

Parkinson y dependencia: Pedir ayuda sin perder tu lugar puede ser complicado al comienzo, pero con el tiempo es una forma de mantener control sobre la situación.
Aceptar que se necesita ayuda no es fácil. Muchas personas, cuando notan que su autonomía se reduce, repiten frases como “no quiero depender de nadie”. Ese deseo de mantener el control es legítimo, pero es importante diferenciar entre rendirnos y adaptarnos.
Pedir apoyo no implica debilidad. Al contrario, es una forma práctica y consciente de seguir adelante. Se puede recibir ayuda sin perder el lugar propio, siempre que se mantenga la capacidad de decidir cómo y cuándo se desea ese apoyo. Por ejemplo: aceptar que alguien ofrezca el brazo para caminar, pero dejando claro quién marca el paso. Ese pequeño matiz marca una gran diferencia: no es renunciar al control, es compartirlo.
También es común que surja el pensamiento “no quiero ser una carga”. Cambiar ese enfoque por uno más equilibrado, como “ahora necesito apoyo… y también tengo cosas que aportar”, ayuda a proteger la autoestima. La persona no deja de tener valor por necesitar asistencia; su presencia, su experiencia y sus decisiones siguen siendo importantes.
La autonomía no siempre significa hacerlo todo en solitario. A veces, es saber pedir lo justo para poder mantener lo esencial: la capacidad de elegir, opinar y participar. Pedir ayuda no resta valor. Solo transforma la manera en que se sigue adelante.

Parkinson y dependencia: Pedir ayuda sin perder tu lugar

Más ejercicios
WhatsApp chat