No hablar de la enfermedad de Parkinson es estancarse en el proceso de aceptación. Hablarlo de forma natural, mejora la calidad de vida y la adherencia al tratamiento.
Aun siendo la segunda enfermedad neurodegerativa más prevalente en todo el mundo, la enfermedad de párkinson, sigue siendo desconocida para muchas personas, incluso para aquellas que la padecen. Esto conlleva que exista una estigmatización a la enfermedad por la falta de conocimiento sobre ella y favorezca que las personas sientan rechazo al hablar de ella.
Negar la enfermedad es parte del proceso de aceptación de la misma, aunque es algo normal, ocurre en muchas ocasiones que las personas con párkinson se estancan en esa fase al no querer hablar sobre la enfermedad y esconder lo que les ocurre al resto de personas que les rodea. Por ello es importante estar atentos a las señales que identifican que la persona se muestra huidiza ante la posibilidad de hablar de la enfermedad.
Aislarse socialmente, no utilizar elementos de apoyo para facilitar la marcha, justificar los síntomas con otra dolencia que pueda tener relación, no colaborar en el tratamiento médico anulando citas y saltándose las tomas de medicación; son algunas de las señales que nos dan pistas para entender que la persona tiene problemas para aceptar su enfermedad y hablar de ella con naturalidad.
Poder expresar de manera natural lo que nos ocurre con la enfermedad de párkinson es un gran paso hacia una mejor calidad de vida, tanto para la persona con párkinson como para los familiares y cuidadores.
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