Como ayudar a quien no quiere ayuda, es algo muy complicado de conseguir y en algunos casos imposible. La mejor estrategia es la paciencia y hacerlo muy despacio.
Cuando percibimos que alguien tiene un problema, en muchas ocasiones tenemos intención de ayudar de alguna manera. Sin embargo, puede que la persona a la que pretendemos ayudar no quiera nuestra ayuda; bien sea porque no percibe que tenga un verdadero problema, porque considere que no somos la persona adecuada para ayudarle o porque sus emociones estén jugando en su contra para aceptar esa ayuda.
Aunque nuestra intención sea buena, debemos respetar la decisión de la persona, siempre que esta decisión no conlleve mayores problemas para ella misma o su entorno. Por lo tanto, debemos meditar bien si tenemos que ayudar o no o si somos la persona adecuada para hacerlo.
En cuanto a la forma de hacerlo, lo mejor es respetar los tiempos de la persona a la que queremos ayudar para que no se tome nuestra intervención como una invasión, un castigo o nos perciba como si estuviéramos obligados a hacerlo.
Por último, en ocasiones, la mejor manera de ayudar a una persona que no quiere ser ayudada será no hacerlo.