Los pensamientos intrusivos pueden complicar la vida de una persona afectada de párkinson, haciéndoles creer que son menos capaces de lo que son.
Los pensamientos intrusivos son algo que todas las personas tenemos a lo largo del día. A veces son más molestos, otras veces pasan desapercibidos. Además, de que el pensamiento se meta en nuestra cabeza sin permiso, tiene otra característica y es que es irracional. Esto quiere decir que o bien no se corresponde con la realidad (aunque no lo sepamos) o bien ha tomado detalles de lo que vemos y oímos y lo han transformado para darnos un punto de vista equivocado con lo que de verdad está pasando. Esto puede hacer que una persona con la enfermedad de párkinson sienta que es menos capaz de realizar sus tareas en el día a día o por el contrario, pensar que puede llevar a cabo tareas que en su situación supondría un riesgo importante.