Un ejercicio sencillo y necesario para trabajar las alteraciones de la disartria, es el masaje facial. Con esta actividad se trabaja los músculos encargados en la articulación, masticación, deglución, salivación, rigidez de labios y mandíbula, expresión facial etc.
Se debe realizar todos los días de forma individual o con ayuda de un familiar o cuidador. Si la movilidad de brazos es reducida, se puede hacer con un masajeador facial o un cepillo de dientes eléctrico que ya no se utilice. Los movimientos deben de ser lentos y repetitivos para conseguir relajar la musculatura.
En el caso de que haya una disminución del tono (hipotonía), los movimientos deben de ser rápidos y no repetir más de 3 veces seguidas, ya que queremos reactivar la musculatura.