La estimulación compartida es una buena manera para fortalecer no sólo las funciones cognitivas, también las relaciones personales con los demás.
Cada persona requiere un trato individual a la hora de hacer que las tareas de estimulación cognitiva sean los más eficaces y eficientes posibles. Sin embargo, individualizar todas las sesiones no siempre es beneficioso porque perdemos una parte importante de la estimulación al no compartir la tarea con otras personas. Por ello es recomendable que se tengan en cuenta tareas de estimulación en grupo, para que las personas que participan en la tarea puedan relacionarse mientras realizan la tarea, colaboren y tengan una competición sana.
Realizar tareas de estimulación compartida o en grupo requiere que adaptemos la dificultad de la sesión y las condiciones para que el grupo sea lo más homogéneo posible.
Aunque en los centros terapéuticos los grupos los integran personas afectadas, cuando la estimulación se realiza en casa, es importante que los miembros de la familia puedan participar también en estas tareas de estimulación, para mayor motivación de la persona afecta.